Conversaciones Sobre la 3ª República, de Julio Anguita

Las guerras actuales y futuras son y serán guerras asimétricas. La razón es evidente: la guerra simétrica no es ya posible, ya sea por la desproporción de medios existente entre los países de alto presupuesto militar y los de bajo presupuesto, destacando entre los primeros la mayor potencia militar del mundo, EE.UU.; ya sea por los altísimos riesgos que asumiría el atacante ante un rival con capacidad nuclear o bacteriológica. Una asimetría que tiene un claro exponente en el contencioso que EE.UU. alienta y desarrolla en Oriente Medio. Las principales características de esa guerra asimétrica que hoy se está librando son: la revalorización de la guerra de guerrillas y la utilización de la acción kamikaze; la desterritorialización, desestatalización y desnacionalización del conflicto; la comunicación como instrumento de guerra; la relativización del factor tiempo, que ha pasado a ser secundario para el contendiente de menor capacidad militar convencional; la presencia de un enemigo difuso camuflado entre la población civil y no consolidado en un área geográfica determinada; y la irrupción del Islam como ideología dominante de la periferia, y por tanto como principal ideología alternativa. Frente a los que postulan que el Islam revolucionario conduce a sus sociedades de vuelta hacia el medioevo, Jorge Vestrynge analiza como en realidad el Islam revolucionario ha asumido la modernidad, fundiendo esta con la idea de revolución y con la tradición islámica, insertándose en el actual proceso de mundialización  de una forma peculiar al crear un nuevo internacionalismo desestatalizado. El desarrollo de las armas bacteriológicas, la aparición de las armas genéticas, las investigaciones en torno a nuevas armas químicas son señales claras de hacia donde se orientarán las guerras asimétricas del futuro. Autor, Jorge Vestrynge, Editorial El Viejo Topo

Desde cualquier punto de vista, cuando consideramos el siglo XX, el siglo de la democracia y de los totalitarismos, el de la violencia desplegada hasta unos límites nunca antes conocidos y de la descolonización a escala global, el de la sociedad opulenta y del hambre en el mundo, se nos presenta como el "siglo de la ambivalencia". Este libro plantea un recorrido a través de estas contradicciones, en una especie de lucha cuerpo a cuerpo contra las patologías más extremas de la época. En la crisis del modelo industrialista que ha caracterizado la primera mitad del siglo, en la revolución tecnológica que ha marcado el pasaje desde el fordismo al posfordismo, en la creciente molecularidad del trabajo, presentes en el final del siglo XX, se hallan las condiciones de nuevo ambivalentes, tanto para la resolución de aquella paradoja (con surgimiento de nuevas figuras de la solidaridad), como, al contrario , para una sumisión más radical y totalitaria de los hombres al despotismo del trabajo. Autor: Marco Revelli. Editorial: El Viejo Topo.

Si los efectos de la globalización neoliberal han resultado negativos para los asalariados y los pueblos de la periferia, no ha sucedido lo mismo con todo el mundo: la gestión de la crisis ha resultado ser muy jugosa para el capital dominante. Pero el neoliberalismo tiene también sus grietas, y hoy ya no es raro escuchar propuestas nacidas en el corazón del imperio que tratan de salvar al capitalismo del neoliberalismo. En esta coyuntura, cada vez más caótica EE.UU. ha retomado la ofensiva para reestablecer su hegemonía global y organizar, en función de ésta, el sistema mundial en todas sus dimensiones económicas, políticas y militares. La visión estratégica de EE.UU. ( la que los europeos se han adherido), cuyos elementos constitutivos, inseparables unos de otros, son la mundialización desregulada de los mercados, el uso de su potencia militar y la de la OTAN como fuerza policial con vocación universal, y la adhesión al sistema de valores y prácticas acordes con las exigencia de la mundialización liberal, tiene como objetivo la construcción de un mundo unipolar organizado sobre la base de dos principios complementarios: la dictadura unilateral del capital dominante de las transnacionales y el despliegue de un imperio miitar USA al que todas las naciones estarían obligadas a someterse. Es necesario oponer a esta visión unipolar otra multipolar, única estrategia que permitiría un desarrollo social aceptable para la diferentes regiones del mundo y a la vez la democratización de las sociedades y la reducción de los motivos de conflicto. La Unión Europea podría jugar un papel dinamizador de esa alternativa, pero hoy por hoy su proyecto es subalterno al hegemonismo de EE.UU. ´¿Cabe aún, sin embargo, alguna esperanza de que Europa pueda enderezar su rumbo para ayudar a la cración de un mundo multipolar, democrático y solidario?. Sea como sea, es hora de cambiar el curso de la historia, de poner la economía al servicio de los pueblos de enfrentarse a la crisis de civilización de mundializar las luchas sociales, de despertar esperanzas. Dicho de otro modo: la hora de las convergencias ha llegado y con ella la hora de la acción. Autor, Samir Amir. Editorial El Viejo Topo.